viernes, 22 de julio de 2011

Bioarquitectura IV. contaminantes físicos



Como cierre de los condicionantes para bioarquitectura que hay que considerar son los condicionantes físicos.

Las condiciones físicas de los localesLos olores desagradables causan malestar e incomodidad a los habitantes de edificios.
En las cocinas el aceite, al calentarse, libera al aire productos irritantes y tóxicos, y la acroleína que es cancerígena. Además los trabajadores de cocinas pueden llenar sus bronquios de grasa proveniente de las frituras, que es de difícil eliminación por la tos.
Entre los agentes físicos se debe tener en cuenta, la mala ventilación, la inadecuada iluminación, ruidos persistentes en especial los de baja frecuencia.
También hay que tener en cuenta los problemas ya indicados en otras entradas del blog de las humedades y todos los problemas pulmonares y articulares que ocasionan.

Bioarquitectura III. contaminantes biológicos

Continuando con las enumeración de los agentes contaminantes considerados en bioconstrucción en los edificios paso a enumerar los biológicos.

Contaminación biológica
La legionella, bacteria presente en las torres de refrigeración de las unidades condensadoras de los aires acondicionados. En 1976 se encontró una bacteria, a la que denominaron Legionella y estaba alojada en las torres de enfriamiento del aire acondicionado. (1)

La Legionella pneumophila es la responsable del 5 por ciento de las neumonías hospitalarias. El germen no es fácil de cultivar, porque necesita condiciones ambientales muy estrictas, pero existen test capaces de detectar el antígeno en la orina del paciente en tan sólo 10 minutos".

Produce neumonías muy extensas, en la mayoría de los casos asociadas a otras manifestaciones, como diarreas, náuseas y vómitos. En nuestro país se desconoce si han existido brotes similares, pero si se han hallado casos esporádicos.

Otras enfermedades causadas por contaminación biológica:
Neumonitis por hipersensibilidad y enfermedades causadas por endotoxinas bacterianas y fúngicas.

La mayor parte de los alérgicos se sensibiliza a los ácaros, insectos, productos de mascotas (pelo, escamas, saliva) y otros habitantes del edificio como ratas murciélagos y palomas que aportan lo suyo a la hora de contaminar.
Los hongos aerógenos presentes especialmente en lugares húmedos son sensibilizantes para individuos predispuestos y provocan severas enfermedades en inmunodeprimidos. Hay paneles de yeso que al humedecerse, a las pocas horas comienzan a contaminarse con  hongos como el stachybotrys, cuyas micotoxinas pueden provocar serias enfermedades y aun hemorragias a las personas expuestas. También cañerías rotas o edificios mal construidos, determinan la presencia de humedad en las paredes y pisos con crecimiento de hongos. 


(1) En julio de 1976, los miembros de la Legión Americana de Honor asistieron a una de sus reuniones habituales en un hotel de Philadelphia. La celebración se enturbió con la repentina enfermedad de 180 congresistas, de los que fallecieron 29. 
En España en 1973, un grupo de turistas escoceses que estaban alojados en un hotel de Benidorm se infectó con Legionella. Y en 1996, en Alcalá de Henares, 224 personas se vieron afectadas por otro brote.

Bioarquitectura II. contaminantes químicos

Siguiendo con la explicación de la bioconstrucción o de la bioarquitectura, enumero los contaminantes químicos.

Los contaminantes químicos son numerosos e insospechados provienen de fuentes interiores o se infiltran del aire exterior.

Pueden originarse de productos de combustión. Los propios ocupantes del edificio suelen ser una de las fuentes más importantes de contaminación ya que el ser humano produce de forma natural dióxido de carbono (CO2), vapor de agua, partículas y aerosoles biológicos. El humo de tabaco que presenta más de 4.000 sustancias tóxicas irritantes y cancerígenas, lo producen los ocupantes.

El dióxido de nitrógeno (NO2) derivado de combustibles utilizados para cocinas, estufas, secadoras y quemadores, produce irritaciones en el tracto respiratorio superior. 

De modo similar el dióxido de azufre (SO2) que se genera al quemar combustibles conteniendo azufre (carbón, madera, gas-oil e incluso gases licuados), penetra en el organismo por fijación en los líquidos que recubren las membranas del aparato respiratorio y forma ácido sulfuroso y posteriormente ácido sulfúrico (H2SO4). No debemos olvidarnos de monóxido de carbono, el asesino invisible (no se ve ni se huele), generado por la combustión incompleta de elementos que tienen carbono. Los materiales de construcción originan la presencia en el aire de compuestos orgánicos volátiles (VOC),  vapores, polvos, fibras de asbesto, fibras de vidrio o textiles.

El formaldehido un VOC, se emplea extensamente en la formulación de plásticos y resinas, especialmente usadas como aislantes térmicos, barnices, muebles y  decoración. Una inadecuada formulación, un mal curado, así como la  degradación producida con el paso del tiempo, son las causas de la emisión  de este compuesto al medio ambiente. 

La fibra de vidrio  y lana de vidrio  presentan riesgo de contaminación. Los usos típicos de las  fibras de vidrio, incluyen el aislamiento termo-acústico de cielos rasos y paneles, la envoltura de sistemas de ventilación/climatización, pueden penetrar profundamente en los pulmones y ocasionan fibrosis pulmonar.

Provoca manifestaciones irritativas en vías aéreas conjuntivas y piel, por errores de construcción que favorecieron su presencia en el aire. Pueden desprenderse del cielorraso por rotura directa, o por mecanismos indirectos (si está unido a una resina hidrosoluble que se haya mojado), o al mover paneles de lugar, o por vibraciones importantes, por cambios de presión en la habitación, al cerrarse y abrirse puertas. Las medidas correctivas  pueden resolver los síntomas.  

El amianto constituido por formas de silicatos minerales naturales empleados normalmente en materiales de aislamiento. Aunque su utilización está prohibida o muy limitada en los edificios de nueva construcción, aún es frecuente encontrarlos en edificios antiguos, son fuente de contaminación durante la realización de trabajos de mantenimiento y remodelación.

Las enfermedades que producen por inhalación prolongada, son la asbestosis (fibrosis pulmonar severa), cáncer de pulmón o mesotelioma (tumor maligno de la pleura) guardan relación con la exposición acumulativa por largo tiempo.

jueves, 14 de julio de 2011

BIOARQUITECTURA I. Calidad del ambiente interior

Para conseguir que un edificio tenga una buena calidad del ambiente interior hay que controlar un diseño adecuado y la utilización de materiales que no provoquen daños a sus habitantes ya sean ocasionales o habituales. Esta es una condición básica para la definición de BIOCONSTRUCCIÓN o BIOARQUITECTURA, como aquella que tiene en cuenta la compatibilidad, en el periodo útil del edificio, entre edificio y habitantes, de tal manera que los elementos “continentes” de los espacios arquitectónicos, es decir, los materiales que envuelven a los espacios habitables, no menoscaben el propio uso y la calidad habitacional o arquitectónica de los mismos.
Para conseguir un que un edificio tenga la definición de SUSTENTABLE O SOSTENIBLE es que los materiales empleados ayuden a la protección del ser humano que los habita. Así un edificio tiene que proteger de las inclemencias del tiempo (lluvia, frío, calor, etc), tiene que dar seguridad de estabilidad (estructura, instalaciones, fuego, etc) y de protección frente a  terceros de la intimidad y del propio patrimonio.
Por tanto, los edificios, históricamente, han protegido al ser humano todo lo bien que han podido con respecto a los medios de que se ha dispuesto en cada tiempo, clima y lugar.
El problema actual es que, durante el siglo XX y dado el gran adelanto de la industria química, se han venido incorporando a los materiales de construcción una infinidad de sustancias que les daban mejores cualidades de estabilidad, resistencia, durabilidad, etc sin haber estudiado suficientemente las consecuencias de su interacción con el ser humano. Sí es verdad que hay muchos productos de cuyas propiedades se conocían sus peligros, pero estando dentro de ciertos parámetros tolerables, y se permitieron. Ahora, pasado el tiempo, se han podido realizar más investigaciones biológicas, médicas o simplemente estadísticas que nos dan indicios o pruebas de que ciertas sustancias no benefician a la salud o crear directamente enfermedades.
Cuando se decide sobre un edificio se debe pensar en el buen acondicionamiento arquitectónico que no puede dejar fuera una buena elección de materiales, muebles  y elementos de decoración que no liberen contaminantes o lo hagan en mínima proporción dentro de límites permisibles, para lograr adecuada sustentabilidad y, por tanto, calidad arquitectónica.

Según el doctor SAMUEL AZAR[1], los edificios son capaces de provocar un gran número de enfermedades y dolencias en las personas que los habitan. En los tiempos modernos, las personas vivimos una gran parte de nuestro tiempo dentro de los edificios (ya sean residenciales, docentes, de trabajo u ocio).
El doctor AZAR publicó una lista de los posibles contaminantes químicos, biológicos y físicos que se pueden encontrar en los edificios.[2]

La mala calidad ambiental está generada por contaminantes de los materiales que de emplean en su construcción o en su uso cotidiano.
Como resumen he extraído los siguientes materiales que se pueden considerar como contaminantes químicos, físicos y/o biológicos (los enumero en las siguientes entradas del blog).





[1] Medico. Neumotisólogo Universitario. Especialista en Enfermedades Alérgicas. Ex-Coordinador de la Red de Alergología de los Hospitales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Asesor del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Cosme Argerich.

[2] PUBLICADO EN LA REVISTA http://www.arq-sustentable.com.ar/

Síndrome del edificio enfermo

El “Síndrome del Edificio Enfermo” es un conjunto de síntomas diversos que presentan, predominantemente, los usuarios de edificios de oficinas en particular. No suelen ir acompañados de lesión orgánica o signo físico y se diagnostica por exclusión.
Los síntomas y suelen ser temporales, y desaparecen cuando se deja el edificio.[1]

Las características comunes de estos edificios son:
1. Sus ocupantes manifiestan quejas respecto a su salud en una proporción > 20%. 
2. Las  molestias son más numerosas por la tarde que por la mañana.
3. Los edificios se encuentran equipados con sistemas de ventilación o climatización forzada del aire, (aunque también pueden estar ventilados de forma natural) que   generalmente es común a todo el edificio o a amplios sectores.
4. Existe recirculación parcial del aire.
5- La mayoría son edificios herméticos en los que las ventanas no suelen  ser practicables.
6. Se busca en ellos el ahorro energético con un ambiente térmico homogéneo, con poco control de la ventilación.

La sintomatología médica puede ser muy variada, y muchas veces compleja, ya que suele ser el resultado de la combinación de distintos factores: irritación de los ojos, nariz y/o  garganta.
Existe sensación de sequedad en las membranas mucosas y piel, disfonías, respiración dificultosa.
Las personas tienen una elevada incidencia de infecciones respiratorias y resfríos.
Sufren irritación de la piel con enrojecimiento y erupciones. Nauseas, mareos y vértigos. Dolor de cabeza. Fatiga mental.


[1] Según investigaciones del Doctor SAMUEL AZAR Medico. Neumotisólogo Universitario. Especialista en Enfermedades Alérgicas. Ex-Coordinador de la Red de Alergología de los Hospitales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Asesor del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Cosme Argerich.