lunes, 20 de diciembre de 2010

Ventanas que lloran



Hemos recibido una consulta muy curiosa que denota y dan una idea clara de que la intervención arquitectónica no se puede reducir a un catálogo disperso de construcción.
Me llamó mi Anahí, que es abogada, y me dice que me va a llamar un amigo suyo que tiene un problema con un constructor que le ha hecho una obra defectuosa y que quiere que ella intermedie o demandarle para que subsane lo que ha hecho mal. Le dije que yo estaría por la mañana el en estudio y que le dijera que me llamara.
-         ¡Hola!
-         ¿Javier? Soy amigo de Anahí, me ha pedido que te llamara para que nos digas qué se puede hacer.
-         Dime qué es lo que te ha ocurrido.
-         He mandado cambiar las ventanas de mi casa que hay en dos habitaciones y en baño. Dichas ventanas eran correderas de aluminio. He elegido ventanas con rotura de puente térmico, también de aluminio.
-         ¿por qué mandaste cambiar las ventanas?
-         El motivo por el que me he decidido a cambiarlas es que había un poco de corriente y me daba la sensación de que no cerraban muy bien. Además, tenía el problema de que lloraban los cristales por la noche y se llenaban los canales inferiores de agua.
-         ¿Cómo es tu casa y cuándo fue construida?
-         La casa fue construida hace 20 años, las cámaras de las paredes tienen aislante de fibra de vidrio y las ventanas correderas tienen climalit 4/6/4. El salón tiene cerrada la terraza con otro ventanal exterior; por tanto, no se han cambiado las ventanas del salón porque ya tienen otro ventanal de la terraza que aísla del exterior.
-         Bien, ya entiendo, me hago a la idea de cómo es la casa.
-         El caso es que le pedí al constructor que me colocara unas ventanas con rotura de puente térmico de aluminio. Si al principio, las ventanas me fueron muy bien y, además, recién puestas constaté que la atenuación de sonido era importante. También me di cuenta de que no sentía diferencia entre la parte interior y exterior de la carpintería. La gran diferencia y perplejidad es que ahora, con las noches frías del otoño, he empezado a ver que los cristales lloran más que antes y que hacen tanto agua que mojan la parte inferior de la pared y además ha comenzado a salir moho bajo la ventana.
-         ¡Ya entiendo!
-         Yo lo que quiero es asesoramiento porque he reclamado al montador de las ventanas y me dice que no es asunto suyo. He llamado a otro montador de ventanas y me ha dicho que están mal recibidas, que les falta silicona. He vuelto a llamar al montador y le he dicho lo que el otro me había dicho y me lo ha arreglado poniendo más silicona, pero siguen mojándose las ventanas y las paredes laterales.
-         ¿Tienes el baño incorporado a alguna de esas habitaciones o alguna producción de vapor de agua que antes no hubiera?
-         No, las habitaciones no tienen el baño incorporado. Está independiente. Se trata de dos habitaciones, que tienen un baño entre ellas con un distribuidor que las separa del salón.
-         Ya.
-         Además el baño tiene ventana independiente que también hemos cambiado.
-         ¿En qué circunstancias se producen esas humedades?
-         ¿A qué  te refieres, con eso de las circunstancias?
-         Me refiero a que si se produce algo mas de vapor de agua por las noche, si habéis cambiado los hábitos de baño y ducha por la noche, por ejemplo.
-         El número de duchas es el de antes y no ha cambiado nada. Bueno, lo único es que ahora nos ha nacido un peque y estamos más ocupados.
-         ¿Además, cuándo y durante cuándo ventiláis la vivienda?
-         Pues lo normal, por la mañana, unos minutos.
-         ¿La cocina tiene acceso a ese distribuidor? ¿Hacéis la comida por la noche o algo así?
-         No, nada de eso. La cocina es independiente y está en la otra parte de la casa.
-         Pues lo que de dices me empieza a parecer extraño. Para que se produzcan esos fenómenos se tienen que cambiar las condiciones de humedad o temperatura, es decir, cambiar los cerramientos o las condiciones de ventilación.
-         Bueno, solo hemos puesto unos humidificadores en las habitaciones porque al bebé se le resecan las mucosas y la piel y para que no se les reseque el ambiente de la habitación.
-         Ahora ya me empiezan a cuadrar algunas cosas.
-         Bueno, como este otoño está siendo tan lluvioso, y con el peque hay que lavar la ropa todos los días, tenemos que ponerla a secar en los radiadores.
-         Pues haber empezado por ahí. Ya está todo. No me cuente más, que ya está claro lo que te ha ocurrido.
-         ¿Sin venir a ver cómo están montadas las ventanas?
-         Creo que no va a hace falta. Lo primero que estoy constatando es que en esas habitaciones había mucho más vapor de agua del que puede admitir, estando, por tanto, saturado. Además, dado que las nuevas ventanas abatibles ­­-que tienen un cierre mucho más estanco que las ventanas correderas antiguas- no ventilan de forma igual, provocan que la parte interior no tenga conexión con el exterior.
-         ¿Comprendes qué es lo que te ha ocurrido?
-         Pues a mí me dijeron que las ventanas con rotura de puente térmico eran mejores.
-         Y lo son, lo que ocurre es que hay que tener en cuenta cómo se comporta el ambiente el que se colocan.
-         ¿O sea, que la culpa es mía por cambiar las ventanas? El montador que vino a casa me dijo que estaban mal selladas y le encargué que las volviera a sellar de nuevo.
Percibí que estaba empezando a ponerse a la defensiva y le dije que si quería le explicaba qué es lo que le había pasado en su casa.
-         Mira, lo que te ha pasado es bien sencillo:  por un lado tu vivienda es, ahora, mucho más estanca de lo que lo era antes, con una menor ventilación. Además, los nuevos hábitos de uso de su casa (secado de la ropa dentro de la vivienda, colocación de humidificadores adicionales, etc) hacen que comience a haber más cantidad de vapor de agua en el aire interior de la vivienda. Como ventiláis por la mañana, producís vapor de agua durante el día y por la noche bajan las temperaturas, es cuando todo el exceso de vapor de agua se condensa en la parte más fría de las habitaciones, que son las ventanas.
-         Con todo esto, las humedades están servidas: se pone más vapor de agua y se tapona la ventilación natural.
Le dije que, con todos los datos que me había dado, le podía decir que ahora había mucho más vapor de agua en el ambiente interior de su casa (con una presión de vapor de agua cercana a la presión de saturación), agravado con que, al poner ventanas menos permeables, hacía que dicho vapor de agua no se disipara con el aire exterior, que suele tener una humedad relativa inferior. 
Le expliqué el principio físico de todo lo ocurrido:
Primero, a la temperatura habitual de una vivienda (entre los 20 a 21 grados), admite un valor determinado de vapor de agua antes de saturarse. Cuando antes había ventilación suficiente, el aire se renovaba con el aire exterior que tenía menos vapor de agua, reduciendo la humedad relativa interior y alejando alejándola de la presión de saturación.
Segundo, la temperatura de saturación de un local (según el principio de Watts, de la pared fría), es la de la pared mas fría de dicho ambiente, donde el aire no admite más vapor de agua y, este aire saturado, condensa en la parte más fría de dicho ambiente.
Dadas estas dos variables agravadas, el problema está servido.
-         No sabía que eso fueran tan complicado. Además, el instalador no me dijo nada de eso que tú me cuentas. –me dijo después de estar un rato callado-.
-         Ya, claro; tampoco tienen por qué saberlo. No son arquitectos. Son montadores y tampoco tienen por qué saber cómo vas a usar la vivienda.
-         ¿Y entonces, qué puedo haber yo ahora? – me dijo ya un poco aturdido con tanta explicación-
-         Mira, lo primero vamos a hacer un probar poco a poco cómo se comporta el ambiente interior, con pequeños cambios. Lo primero hay que hay que hacer es que se reduzca la emisión de vapor de agua al ambiente interior desconectando los humidificadores y poniendo a secar la ropa en el exterior. Para controlar la humedad relativa del ambiente interior, te recomiendo poner que compres un higrómetro y lo pongas en la habitación. Luego, después de ducharos, ventilad como de costumbre, para reducir la humedad.
-         ¡Si ya lo hacíamos!
-         Ya lo sé, pero de lo que se trata es que se pueda controlar la humedad marcada en el higrómetro por la mañana y por la noche; y, si es excesiva, ventilar antes de dormir, porque la temperatura bajará en la madrugada con riesgo de condensación en las ventanas.
-         ¿Y tu crees que con eso ya vale?
-         Si, pruébalo durante un tiempo y controla anotando en una hoja los valores del higrómetro y si ese día se han producido más o menos condensaciones en las ventanas.
-         Bueno, bueno, lo vamos a probar y ya ten contaremos.
-         Vale, que haya suerte, adiós.
Llamé a Anahí y le dije que en este caso me parecía que no había pleito. Le conté que había estado hablando con su amigo durante casi una hora y que más que un mal montaje de las dichosas ventanas, estaban usando la vivienda de una forma inadecuada.
-         ¿Se lo has dicho a ellos?
-         Si, claro.
-         ¿Y cómo se lo han tomado?
-         Bien, se lo he ido contando poco a poco y le he propuesto que controle el grado de humedad del ambiente con un higrómetro.
-         ¡Pues estaba cabreado de verdad! Quería poner una demanda al montador de las ventanas porque decía que eran de mala calidad o estaban mal instaladas.
-         Bueno, creo que se ha quedado un poco más tranquilo, auque sin poder echar la culpa de sus males a nadie.
-         Ya me contarás si te vuelve a llamar.
-         Vale, un beso.

Conclusión
 Cosas como estas ocurren cuando se interviene de una forma alegre en cambiar elementos constructivos sin conocer cómo funcionan: El usuario de la vivienda no sabe cómo funciona su casa ni cual es el alcance de hacer cambios tan importantes para el ambiente interior; el montador de las carpinterías tampoco sabe cuáles son las consecuencias de lo que está haciendo.
Esta es la consecuencia de hacer obras sin las supervisión, ni consejo ni control de un arquitecto que conozca del alcance de lo que ocurre físicamente en el ambiente interior de una pieza habitable. Aunque, incluso en este caso, no fuera necesaria, por norma, la intervención de un arquitecto que realizara un proyecto, sería mínimamente sensato que se consultara a uno por las consecuencias de dichas acciones. Podría parecer que defiendo mi profesión de arquitecto a ultranza, pero a las consecuencias descritas me remito. Además, también hay situaciones parecidas pero con otros sistemas constructivos, que ha iré contando.


4 comentarios:

  1. !Interesante!
    Tuve yo un caso parecido cuando una compañera me comentó que acababa de cambiar las ventanas de un piso que ponía a alquilar, y habían revestido la fachada del edificio con monocapa. Alquiló el piso y comenzó a salirle una mancha de humedad en una de las paredes detrás de un armario. Ella había vivido años en ese piso y nunca le había pasado nada parecido. Investigando supimos que la nueva inquilina no abría nunca las ventanas y además secaba la ropa en dicha habitación. ¿y porqué salía la humedad justo detrás del armario?

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  2. Hola:
    Me alegro de que te parezca interesante.
    En cuanto a tu pregunta acerca de porqué se manifestaban las humedades justo detrás de armario, creo que es porque detrás del armario hay poca ventilación y, si coincide con que esa pared es una pared de fachada, con la trasera más fría que el resto de la habitación, pues es el sitio en el que normalmente hace más frío y se alcanza antes la temperatura de saturación.
    Cuando visitamos una habitación con humedades, se distinguen muy bien las de condensación superficial porque suelen aparecer primero en las partes que menos ventilación tienen (esquinas frías, zonas detrás de muebles, detrás de de puertas -sobretodo si están cerca de ventanas o zonas mas frías que el resto)

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  3. Interesante sin duda, a veces hacemos cosas que por ahorrarnos el consejo de un profesional nos pasan este tipo de cosas. Creo que puede llegar a ser muy común este problema y la solución es tan sencilla como cambiar nuestros hábitos sin necesidad de realizar inversión alguna, salvo que queramos ganar en comodidad o cualquier otro tipo de cosas.

    Es difícil para un usuario, como soy yo, adivinar el problema antes de tenerlo y aunque las cosas siempre se hacen de buena voluntad, vemos las consecuencias.

    Tomo nota del consejo, aunque en invierno me hiele de frio, aunque por suerte en mi casa pasa lo contrario, está demasiado seca.

    Salu2

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  4. Después de seguir indagando, nos dan una nueva información: Ponen la calefacción muy alta (la suelen tener a una temperatura de cerca de 24 grados centígrados), y, luego, por la noche apagan la calefacción.
    Ahora se explica cómo el ambiente admite una gran cantidad de vapor de agua no saturando a la temperatura de 24ºC pero cuando la temperatura baja a 17ºC o 18ºC por la noche, esa cantidad de vapor de agua se condensa en la parte más fría de la habitación.
    La solución consiste en cambiar los hábitos de ventilación, por una parte, y, por otra, acostumbrarse a poner la calefacción más baja (20ºC o 21ºC está más que bien), estar en casa con una chaqueta. La solución les acabará reportando un ahorro en calefacción además de una mejora en el confort de la vivienda.

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