sábado, 25 de junio de 2011

Edificios enfermos o enfermos por los edificios

Edificios enfermos o enfermos por los edificios
Día de niebla en Madrid, que bien podría haber sido la "boina" de contaminación

Ahora ya va más en serio lo de las enfermedades de los edificios y producidas por los edificios modernos.
El Museo de Estocolmo de Moneo, edificio de gas natural en Barcelona, etc. Ya se va documentando las enfermedades que se pueden crear por vivir en edificios “enfermos”.

Por un lado están los originados por la radiación electromagnética, que han creado la sensibilidad electromagnética y la lipoatrofia semicircular (Todo apunta a que podría deberse a la electricidad estática que se acumula debajo de las mesas en estos entornos). Estos trastornos se agudizan especialmente en los llamados edificios tecnológicos.
Se está intentando corregir por medio de puestas a tierra de todos los materiales en contacto con las personas, para reducir la carga estática que soportan. Se puede corregir creando redes de cableados electromagnéticos alejados de las áreas de trabajo de las personas.

Por otro lado están los edificios en los que se han incorporado gran cantidad de productos químicos en su construcción y, especialmente, en sus revestimientos (que son las superficies en contacto con las personas que los habitan, como suelos, paredes y techos).
El problema viene cuando una mala construcción o unos materiales defectuosos o de baja calidad convierten a un edificio en propenso a contraerlo. (Desprendimiento de sustancias volátiles al ambiente, desprendimiento de polvo de los materiales, falta de suficiente secado de los materiales húmedos aplicados durante la obra, etc)
Se está intentando corregir por medio de la utilización de materiales naturales inertes para el ser humano, sobretodo en los revestimientos. Se evita las construcción con disolventes, plásticos volátiles, intentado usar materiales naturales y biocompatibles.
Por otro lado están los edificios que se contaminan con polvo favoreciendo el desarrollo de ácaros del polvo y otros microorganismos. Cuando una casa se contamina o desarrollan problemas de ventilación, sus inquilinos enferman de asma, rinitis, neumonitis, o, simplemente, se sienten mal.
Estos problemas surgen sobretodo en condiciones ambientales cercanas a las definidas como de confort para el ser humano.
El polvo con el que convivimos en nuestras casas es una combinación de fibras de moqueta y alfombras, textiles, arenilla fina, escamas dérmicas humanas, restos de alimentos y productos químicos. En él se aloja una heterogénea variedad de micro y macroorganismos como insectos, artrópodos, animales domésticos, algas u hongos. Normalmente, en una vivienda en la que hay una suficiente ventilación y limpieza, no se suelen producir problemas para los habitantes. [1]
Se pueden corregir por medio de planificar una buena limpieza primero de obra y luego de mantenimiento, junto con una buena ventilación del aire interior, con la colocación de filtros de partículas contaminantes.

Por otro lado están los problemas –ya conocidos de antiguo- de las humedades de capilaridad en las plantas bajas, de filtración en las superiores, y de condensación en las zonas en las que la temperatura superficial es mucho más baja que la del ambiente interior.
Estas humedades provocan problemas de daño a las estructuras resistentes de los edificios (muros de carga con materiales porosos de ladrillo o de otros materiales, muros de entramado de madera, etc.) en su contacto con la humedad capilar del terreno. Si la subida del agua del terreno lleva los minerales del suelo o las sales higroscópicas (sulfatos, nitratos, cloruros...), se producirán efectos secundarios adicionales.
También provocan daños en cualquier tipo de estructura de forjados y muros y pilares, ya sean de madera, metal u hormigón. Las consecuencias son producción de grietas, goteras, inundaciones, manchas de humedad, mohos, bacterias, malos olores y podredumbre de los objetos de madera.
Sobre los seres humanos provocan cuadros de enfermedades articulares como de reuma, artritis y artrosis; cuadros de enfermedades respiratorias como asma, bronquitis, etc.
Se pueden corregir por medio de un drenaje del terreno, impermeabilización de estructuras en contacto con el terreno y suficiente ventilación que disipe la humedad del ambiente y permita la evaporación de la superficial. En el resto de los casos es necesario subsanar el origen y permitir una buena ventilación que haga reducir la humedad relativa del ambiente interior.




[1] El proyecto "Chemi-less", cofinanciado por el gobierno japonés y la Universidad de Chiba -dirigido por su Escuela de Medicina-, pretende profundizar en el "síndrome de la casa enferma"